Cuenta la historia, que en tierras del sur Aragón, los chopos cabeceros y
los humanos eran tan amigos y tan dependientes que no podían vivir los unos sin
los otros. Tanto es así, que llego el día en el que los humanos ya no necesitaban la ayuda de los chopos, poco a
poco les fueron dando la espalda, hasta el punto que pusieron en peligro su
supervivencia.
Los chopos vivían felices, eran
el escenario de aventuras para los niños, lugar de largas siestas de pastores
buscando la fresca, belleza de muchos de los cuadros pintados por artistas. Los
humanos cada cierto tiempo cortaban las
largas y fuertes ramas de los chopos para usarlas como vigas para las casas. Los
chopos estaban muy agradecidos porque estas frecuentes podas les transformaban
en “seres poderosos”: vivían muchos más años y engordaban considerablemente su tronco,
adquiriendo una estructura que les hacía inconfundibles en su especie y en el
paisaje.
Tan grande, tan llamativa y tan
respetuosa era la forma del tronco de estos árboles que lechuzas, carpinteros, rantoncillos,
escarabajos, culebras, hongos y todos los seres que habitaban alrededor, se
peleaban por buscar cobijo en cualquiera de sus recovecos.
Los chopos cabeceros quedaban
boquiabiertos cuando los pajarillos les contaban que en realidad sólo ellos y
sólo en estas tierras, tenían estas
majestuosas formas. No se hacían a la idea de cómo podía ser la vida de sus
primos de la misma especie, ¡largos y espigados¡ y que frecuentemente estaban enfrentados por conseguir la luz directa del sol.
Los años pasaron, los humanos ya
no encontraban negocio en las ramas de los chopos así que dejaron de podarlos, tal
fue el despego hacia ellos, que los que fueron un día amigos y ayuda económica
para las familias, ahora eran una molestia en los campos Cuando mejor población de chopos cabeceros y
más ejemplares monumentales había, el hombre, saco su vena egoísta y se quiso
deshacer de ellos ¿ qué mejor que arrancarlos, talarlos o quemarlos “sin
querer” al quemar rastrojos?.
Gritos de socorro, manifestaciones en contra por el maltrato que
sufrían por parte de los humanos, los chopos trataban de ser escuchados y
luchaban por tener una vida digna. Sólo unos pocos fueron capaces de oír estas
súplicas, pero..¡fue suficiente¡, estas súplicas pronto fueron transformadas en
una auténtica “plataforma por la puesta en valor del chopo cabecero”. Tal
esfuerzo hicieron los humanos que hoy los chopos pueden decir orgullosos, que tienen su
propia fiesta, la fiesta del chopo cabecero.
Los chopos todavía luchan por ser
respetados, pero agradecidos de nuestro trabajo diario prometieron dar cobijo a
todas las especies que necesitasen refugio, se ofrecieron orgullosos a ser una
de las especies arbóreas representativas
de nuestra tierra y para nosotros los humanos, la promesa más difícil en estos
tiempos, ser capaces de respirar paz,
armonía y sosiego al acercarnos a ellos.
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¡Acércate a la fiesta del chopo cabecero¡ un razón más que suficiente para que dejes tus quehaceres rutinarios y pases un buen día.
http://naturaxilocae.blogspot.com.es/2014/10/vi-fiesta-del-chopo-cabecero-saboreando.html
Porque nuestro territorio lo merece, descubramos el valor de estos árboles monumentales.
Carmen Alijarde
Tremendo Carmen!!!!
ResponderEliminar¡¡Gracias¡¡, estaré expectante de vuestra ya tradicional escamonda del chopo.
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