CORMORANES DESCARADOS:
Hace cosa de un mes estaba
finalizando una ruta por la ribera del Jiloca desde Burbáguena a la Virgen del Rosario, cuando
un cormorán (Phalacrocorax carbo) me
dejó boquiabierta.
Mis perras, son mis fieles
compañeras. Cuando salgo al campo sin ellas siento que me falta algo, pero
contradictoriamente cuando estoy en el campo y veo algo interesante, que
requiere silencio o movimientos lentos y discretos, suelo pensar….,¡para que
las habré traído¡, ¡el próximo día las dejo en casa¡.
Os cuento esto porque en una de
mis últimas visitas por la
Virgen del Rosario,
cuando paseaba, con la cámara colgada en el cuello, de repente vi un
cormorán posado en el camino a pocos metros de mi. Pensé: “por favor, que no
vengan las perras, lo espanten y me fastidien la foto”. Antes de que me diese
tiempo a preparar la cámara mis perras ya me estaban adelantando. Estaba nerviosa,
el tiempo era oro, en pocos segundos quería hacer fotos, que las perras se
congelasen en su sitio y que el cormorán no emprendiera vuelo.
Las perras sordas ante mis
susurros de que viniesen, cada vez estaban más cerca del cormorán y este ni se
inmutaba, cuando digo cerca es que
calculo que llegarían acercase hasta menos de medio metro cuando al cormorán no
le quedo otra alternativa que levantar vuelo.
Sabía que los cormoranes eran algo descarados,
¿pero tanto...?
EL CORMORÁN Y LA GARZA
Oír su fuerte graznido, mirar al
cielo, buscar a un lado y al otro hasta que en algún sitio localizas ese ave
zancuda con un gran buche en vuelo y su largo penacho. Esa querida garza (Ardea cinerea) que llevas viendo día tras
día desde primeros de diciembre, posada
en los lavaderos de lanas, en las piedras de la presa o en las copas de
los árboles.
El 23 de diciembre a las 9:00 de
la mañana cuando salgo con las perras, dos cormoranes me asustan, salen “de la nada” aleteando fuertemente en
el agua. La llegada de estos cormoranes me da que pensar, ¿harán que la garza
tenga que irse a otro sitio?.
En los últimos años, todos los
comentarios que oigo sobre el cormorán no son en su favor, así que casi seguro
influenciada por ellos para mi tampoco es un ave muy en
estima.
Cuando saldo a pasear, un día,
otro día, y otro…no veo a la garza. No
se si no coincido o es que se ha ido a otro sitio. Pregunto a mi padre y a mi
hermana que si la han visto, la respuesta es común, no, hace mucho que no la
ven.
El 24 de enero, después de un mes
sin verla y cuando ya había asumido que los cormoranes la habían desplazado a
otro lugar, ahí estaba ella emprendiendo vuelo cuando nos vio aparecer por el
paseo del río.
El 9 de febrero al medio día, a
mi paso por la orilla un cormorán escandaloso levanta vuelo desde el agua. Con
el ruido, la garza que estaba camuflada en la orilla a tan sólo un par de
metros del cormorán también levantaba vuelo. Es curioso que estuviesen uno tan
cerca del otro pero más curioso es que un poco más adelante hubiese dos cormoranes más. ¿Será que garzas y
cormoranes no son tanta competencia? y si son competencia ¿cuántos cormoranes
más tiene que haber hasta que la garza
tenga que marchar?...
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