19 oct 2014

LOS CHOPOS CABECEROS “El final de este cuento, también depende de ti”





Cuenta la historia, que en  tierras del sur Aragón, los chopos cabeceros y los humanos eran tan amigos y tan dependientes que no podían vivir los unos sin los otros. Tanto es así, que llego el día en el que los humanos ya  no necesitaban la ayuda de los chopos, poco a poco les fueron dando la espalda, hasta el punto que pusieron en peligro su supervivencia.

Los chopos vivían felices, eran el escenario de aventuras para los niños, lugar de largas siestas de pastores buscando la fresca, belleza de muchos de los cuadros pintados por artistas. Los humanos  cada cierto tiempo cortaban las largas y fuertes ramas de los chopos para usarlas como vigas para las casas. Los chopos estaban muy agradecidos porque estas frecuentes podas les transformaban en  “seres poderosos”: vivían muchos más años y  engordaban considerablemente su tronco, adquiriendo una estructura que les hacía inconfundibles en su especie y en el paisaje.

Tan grande, tan llamativa y tan respetuosa era la forma del tronco de estos árboles que  lechuzas, carpinteros, rantoncillos, escarabajos, culebras, hongos y todos los seres que habitaban alrededor, se peleaban por buscar cobijo en cualquiera de sus recovecos.

Los chopos cabeceros quedaban boquiabiertos cuando los pajarillos les contaban que en realidad sólo ellos y sólo en estas tierras,  tenían estas majestuosas formas. No se hacían a la idea de cómo podía ser la vida de sus primos de la misma especie, ¡largos y espigados¡ y que frecuentemente estaban enfrentados por conseguir la luz directa del sol.  

Los años pasaron, los humanos ya no encontraban negocio en las ramas de los chopos así que dejaron de podarlos, tal fue el despego hacia ellos, que los que fueron un día amigos y ayuda económica para las familias, ahora eran una molestia en los campos  Cuando mejor población de chopos cabeceros y más ejemplares monumentales había, el hombre, saco su vena egoísta y se quiso deshacer de ellos ¿ qué mejor que arrancarlos, talarlos o quemarlos “sin querer” al quemar rastrojos?.

Gritos de socorro,  manifestaciones en contra por el maltrato que sufrían por parte de los humanos, los chopos trataban de ser escuchados y luchaban por tener una vida digna. Sólo unos pocos fueron capaces de oír estas súplicas, pero..¡fue suficiente¡, estas súplicas pronto fueron transformadas en una auténtica “plataforma por la puesta en valor del chopo cabecero”. Tal esfuerzo hicieron los humanos que hoy los chopos pueden decir orgullosos, que tienen su propia fiesta, la fiesta del chopo cabecero.


Los chopos todavía luchan por ser respetados, pero agradecidos de nuestro trabajo diario prometieron dar cobijo a todas las especies que necesitasen refugio, se ofrecieron orgullosos a ser una de las  especies arbóreas representativas de nuestra tierra y para nosotros los humanos, la promesa más difícil en estos tiempos, ser capaces de  respirar paz, armonía y sosiego al acercarnos a ellos.
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¡Acércate a la fiesta del chopo cabecero¡ un razón más que suficiente para que dejes tus quehaceres rutinarios y pases un buen día. 
http://naturaxilocae.blogspot.com.es/2014/10/vi-fiesta-del-chopo-cabecero-saboreando.html

Cartel 2014


Porque nuestro territorio lo merece, descubramos el valor de estos árboles monumentales.

Carmen Alijarde

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