"Dos segundos de azul brillante"
El pasado domingo, sobre las
15:00 de la tarde salí a dar un paseo a orillas del río Jiloca con las
perras. Era un día perezoso, de esos
grises y lluviosos que son la escusa perfecta para no levantarse del sofá y no
dejar de mirar por la ventana.
La agitación y nerviosismo de las
perras, esa alegría desbordarte que sienten cuando saben que vas abrir la
puerta y van a salir al campo, es una energía “que pone las pilas a cualquiera”
incluso en días como este. Con el
paraguas en la mano y una sensación extraña al salir de casa a finales de
noviembre y no sentir nada de frío me dirijo a los lavaderos de lanas. Antes de
que me de tiempo a pasar el primer sauco del camino, a dar un vistazo al río o a
vigilar a las perras, ….inesperadamente y ¡tan
fugaz como mágico¡ pasa algo volando por la orilla, un
martín pescador (Alcedo atthis).
Calculo que el tiempo que pude
verlo no llegó a los dos segundos. Su increíble velocidad en vuelo no pudo
camuflar ese color azul metálico reflectante que dejaría hipnotizado incluso a
cualquiera que no le gustasen las aves.
Tan sólo dos segundos, dos
segundos que se han alargado a minutos, horas y días de euforia. Hoy analizo la
situación, sin duda me resulta graciosa y supongo comparable a cualquier
momento de alegría y subidón de adrenalina que se pueda tener por cualquiera
que sean vuestros ídolos o hobbys. Miles
de ejemplos: ver una estrella fugaz tan
sólo unos segundos y tratar de que tu amigo gire rápidamente la cabeza para
poder compartir ese momento. Ir a ver un concierto de un grupo que llevas
escuchando toda tu vida o ver el triunfo de tu equipo….supongo son sensaciones
que sólo si las sientes puedes describir.
No se si son casualidades del
momento pero hace poco le dije a un
amigo que esperaba que pronto le hiciese una foto a un martín pescador para que
me la regalase. Es uno de mis pájaros favoritos, no se si sólo por su belleza o
porque lo veo poco y cuando lo veo me produce una tonta alegría en el cuerpo
que me hace sentir bien.
En esos dos segundos de vuelo, al
mismo tiempo que mi cabeza asimilaba un
martín pescador, lo trataba de perseguir con la mirada, sentía algo en la
tripa, inspiraba aire, sonreía y abría
los ojos más de la cuenta, fue un auténtico momento de creer estar descubriendo
el mundo y en el que sabes que tu cara ha sido todo un poema de expresión
aunque no la hayas visto. Desaparecido el pajarillo, tuve una reacción extraña,
en vez de ir a tratar de volverlo a ver, los nervios o la sensación de querer
compartir ese momento hizo que instantáneamente llamase a mi padre para
contarle semejante avistamiento y mandase un mensaje a un buen amigo. Durante esa tarde seguía emocionada y a los
días cuando vi a mi amigo Chabi, sin
decirle hola, ¿qué tal?, le dije lo que había visto.
Ahora, sólo espero que Chabi se
equivocase en eso que me dijo de que probablemente el martín pescador sólo
estuviese invernando y podamos verlo recorriendo el río Jiloca durante todo el
año.
¡Para reflexionar:¡¡
Mi padre hombre aficionado y
curioso donde los haya, me cuenta que todos los inviernos veía Martín Pescador
en el Jiloca y ahora rara vez lo ve.
Esa tarde, tan emocionado como
yo, se fue con la cámara en busca de
este esquivo pajarillo. No hubo suerte.
El martín pescador, especie catalogada
como ave de “interés especial” en el
Catalogo Nacional de Especies Amenazadas, y “casi amenazado” en el Libro Rojo de Aves de España, no es una
especie demasiado exigente a la hora de establecerse pero precisa cierta calidad en las aguas, vegetación palustre, posaderos, pesca
abundante y taludes arenosos para su reproducción. Las poblaciones se
desplazan en los inviernos a zonas más hacia el sur, concentrándose en los
tramos medios de los ríos.
La destrucción del hábitat,
disminución de las poblaciones de pequeños peces autóctonos, anfibios e
invertebrados que le sirven de alimento, infraestructuras, regulación de ríos,
urbanizaciones… son factores que están provocando
la disminución de las poblaciones. Curiosamente, parte de nuestro río está canalizado, los pescadores dicen que
cada vez hay menos peces, tenemos el concepto cambiado de que lo salvaje y
natural como es el carrizo o las zarzas es estar sucio y mal cuidado y lo
eliminamos…¿os habéis fijado que hacemos todo al revés?, ¿no creéis que ya son
suficientes avisos de la naturaleza para que tomemos medidas y actuemos en
consecuencia?
El patrimonio natural del Jiloca nos hace ricos en biodiversidad, demos
prioridad a lo que tiene valor y no a lo que tiene precio. Conservar este
patrimonio no es cosa de unos pocos, todos los municipios a orillas del Jiloca
debemos luchar porque especies como el Martín Pescador vuelvan a invernar en
nuestro río.
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Por la biodiversidad de nuestro río,
que no tengan que venir a
decirnos ¡el Jiloca también es bonito¡
Carmen Alijarde
Hace 10 min he visto dos posados en un cable de los postes de luz (muy cerca de calamocha) en la carretera que va a Daroca. Es la primera vez que los veo, quizás por ser tan inesperado es tan emotivo y alegre.
ResponderEliminarEn cables de la luz y dos juntos, no serian dos abejarucos?
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